El apadrinamiento es una forma muy concreta de solidaridad mediante la que una persona, una familia o una entidad realizan una aportación periódical para ayudar al desarrollo y bienestar de una niña o un niño necesitado.
Además, al apadrinar un niño estará ayudando a toda su comunidad ya que las aportaciones que usted realiza no se destinan a un solo niño, sino que se administran desde la Fundación Integración y Solidaridad (Finsol) y las contrapartes locales para ser invertidos de la mejor forma y que beneficie toda la comunidad donde vive el niño.
Se puede apadrinar un niño durante años o sólo durante un tiempo, hasta que usted decida. En cualquier momento puede dejarlo, ya que no hay ningún vínculo legal entre el padrino y el niño apadrinado.
Cuando se apadrina se crea un vínculo entre padrino y niño que se fortalece cuando el padrino recibe información del niño o niña, fotografías, trabajos escolares, etc. Si lo desea, también el padrino puede escribirle, de esta manera se refuerza el vínculo afectivo entre ambos.
En un mundo donde la riqueza está muy mal repartida, apadrinar un es acto de gran generosidad.
La educación forma parte de los derechos fundamentales del niño, para que éste pueda tener el futuro en sus manos. Por ello los fondos conseguidos con nuestros apadrinamientos de niños y/o proyectos se orientan, fundamentalmente, a temas educativos y sus actividades de sostenimiento.
El programa de apadrinamiento de la Fundación Integración y Solidaridad tiene el objetivo de permanencia de nuestras acciones. La implementación de proyectos de educación eficientes necesitan de tiempo y no pueden ser contemplados como una acción humanitaria puntual.
Un apadrinamiento cobra sentido a través del acompañamiento a medio plazo de nuestros proyectos de educación por, al menos, un año y constituye un apoyo indispensable para muchos niños y sus familias.
Se llama padrino a la persona que apadrina un niño y tiene la oportunidad de conocer, de primera mano, cómo vive un niño o niña del país donde ha apadrinado.
El padrino se acerca a la realidad donde vive el niño al recibir del niño apadrinado cartas o dibujos dos veces al año, junto con un informe del desarrollo de los proyectos en los que se está trabajando en la zona elaborado por La Fundación. De esta manera conoce cuáles son los problemas de su entorno, las causas y las reparaciones que se van aportando.
Si lo desea, el padrino también puede escribir cartas al niño que ha apadrinado, y hasta viajar a su país para conocer los proyectos que se están llevando a cabo en la zona y conocer otra cultura, otra forma de vida.
Las personas que tienen un niño apadrinado se sienten satisfechas de colaborar en los proyectos de desarrollo de estas comunidades.
Apadrinar es un gesto con el que se pone un granito de arena para mejorar la calidad y las condiciones de vida de unos niños que les permite afrontar su desarrollo personal con mayores garantías de futuro.
Al recibir cada padrino información periódica con relación a las actividades llevadas a cabo y a los avances relacionados con los proyectos que está apoyando, visualizará su apoyo y constatará la utilidad de su gesto.
Ayudar a mejorar la vida de un niño desfavorecido. Seguir su desarrollo y formación para procurarles una vida digna y autosuficiente.
La pobreza no es una cuestión de cifras, por ello el apadrinamiento se convierte en un sistema de recogida de fondos y consigue establecer el compromiso personal del padrino en el desarrollo de la comunidad donde reside el niño apadrinado durante un período de tiempo largo.
Por tan sólo 1€ al día, como aportación mínima, se puede ayudar a mejorar la vida de un niño o niña. El dinero donado es administrado por la Fundación Integración y Solidaridad y por las ONG o asociaciones locales colaboradoras (contraparte local). Todo el proceso es supervisado por nuestros colaboradores y delegados de zonas que envían informes, también los responsables de La Fundación visitan las zonas de acción.
Cuando se apadrina un niño se envía al domicilio del padrino una fotografía y una ficha con los datos personales del niño apadrinado, aunque la aportación sirve para desarrollar proyectos en beneficio de toda la comunidad.
Por ello, si se decide a apadrinar recibirá un informe general de la zona dónde vive el niño que ha apadrin
Una persona, a nivel individual, no puede hacer frente al reto de erradicar la pobreza mundial, sin embargo, es posible colaborar en la mejora de las condiciones de vida de muchos niños de muchos países del mundo apadrinando un niño.
La aportación mensual que cada padrino realiza no se asigna directamente al niño apadrinado, ya que su progreso no puede ser aislado, sino que debe pasar por el progreso de su familia, de las familias de su poblado y de todas las familias del entorno en el que vive. Así pues, la aportación mensual de los padrinos y madrinas que Finsol gestiona se destina a un único fondo y se utiliza en acciones que benefician a su comunidad, a los niños y a las familias en sus procesos de mejora de su calidad de vida.
Colaborar económicamente con Finsol apadrinando un niño, tiene ventajas fiscales al ser deducible esa aportación económica en su Declaración de la Renda o en el Impuesto de Sociedades.
Los participantes, en estos programas, Tanto los coordinadores como padrinos, voluntarios y colaboradores, están adheridos a un código ético que obliga a:
A. Abarcan zonas geográficas: así son más las familias que se benefician y se utilizan de forma más eficiente los recursos. Por ejemplo, la construcción, reparación o la dotación de una escuela benefician a niños de diferentes aldeas.
B. Es un proceso a largo plazo: no se trata de ayudas puntuales, si no de procesos duraderos, que realmente logran cambios significativos. Por ejemplo, en un proceso educativo, dependiendo de las posibilidades de actuación, no sólo se reconstruyen o mejoran las escuelas, también se mejora la formación de los profesores, se sensibiliza a los padres sobre la importancia de la educación de sus hijos, etc.
C. Las familias participan en todas las actividades, toman decisiones y, lo más importante, con el tiempo la ayuda se convierte en autoayuda.
El apadrinamiento es una forma de solidaridad de doble vía: Porque a través del lazo que los padrinos construyen con sus niños apadrinados, se acercan a otras realidades y se sensibilizan sobre las causas de la pobreza.
En nuestro planeta, el 20% más rico de la población, controla el 83% de la riqueza mundial. Según Unicef, satisfacer las necesidades básicas de todos los habitantes del planeta (alimentación básica, atenciones sanitarias básicas, acceso a agua potable y educación básica) costaría anualmente el equivalente al 9% del gasto militar mundial, sin embargo, parece que nos hemos acostumbrado a una distribución de la riqueza muy desigual que permanece inmune a estas realidades.
Los niños son los primeros afectados por la pobreza y los recursos mal repartidos y la pobreza impide el cumplimiento de los derechos de la infancia, una de las pocas cuestiones donde muchos países han sabido ponerse de acuerdo.
La Convención sobre los Derechos de la Infancia (firmada por 192 países) es el tratado más ampliamente ratificado de la historia y sitúa los derechos de la infancia en el primer plano de la lucha por los derechos humanos.
Aunque el importe que usted destine a ello no sea muy elevado, al apadrinar un niño con nuestra fundación en un país como Abjasia – Georgia y/o Chechenia – Rusia, es como si ese importe se multiplicara por diez o más.
Con esos 15 Euros al mes que usted no necesita, se puede dar cobertura a muchas de las necesidades diarias de un niño que vive en uno países o regiones tan vapuleadas y en unas zonas tan convulsas.
Además, al apadrinar a un niño estará ayudando a toda la comunidad donde reside, ya que las aportaciones que usted realiza no van a un solo niño, sino que se administran para que sean invertidos de la mejor forma y se beneficie también toda la comunidad donde vive el niño apadrinado.
Se puede apadrinar un niño durante años o sólo durante un tiempo, hasta que usted decida. En cualquier momento puede dejarlo, ya que no hay ningún vínculo legal entre el padrino y el niño apadrinado.
Esta forma de apadrinamiento incide de manera directa en la mejora de la calidad de vida de una determinada comunidad y permite a sus niños afrontar su destino en mejores condiciones de las que les proporcionan sus circunstancias personales, familiares o de su entorno más directo.
Las personas o instituciones interesadas en colaborar pueden hacerlo de manera individual o en grupo. Se pueden juntar varios amigos, familiares, compañeros de trabajo o de clase, para entre todos aportar una pequeña cantidad de dinero que sostenga el proyecto que elijan.
Cada seis meses, los padrinos reciben información de los proyectos, un informe descriptivo y fotográfico donde se detalla la evolución del proyecto. Esta documentación se completa con la memoria institucional anual, el boletín digital mensual y un certificado de donaciones para obtener las correspondientes deducciones fiscales.
<h3Nuestros proyectos de educación:
Se concretan y no de manera exclusiva en Abjasia – Georgia, principalmente, en la dotación de medios para diferentes escuelas (calor para la educación, dotación de material escolar, etc.) y ofrecer apoyo a la educación de niños refugiados desfavorecidos.
El proyecto se realiza en las escuelas de Otobaia, Pichori, Tagiloni, Kvemo Bargebi, Chuburjinyi y Zemo Bargebi del distrito de Gali, en la zona en disputa de Abjasia (Georgia) donde instalaremos estufas de leña y se esta se aportará en cantidad suficiente para soportar los rigores invernales que soporta la zona en unos colegios en los que los padres aportan, sin tener, incluso algunos fondos para el apoyo económico de profesores que ejercen en estas escuelas infradotadas por un estado que las desatiende, al no sentirse legitimado ante ellos en esa situación de disputa permanente, más o menos larvada en la que están instalados desde hace más de 15 años.
El proyecto se realiza en las escuelas de Otobaia, Pichori, Tagiloni, Kvemo Bargebi, Chuburjinyi y Zemo Bargebi del distrito de Gali, en la zona en disputa de Abjasia (Georgia) en donde aportaremos diverso material didáctico y escolar a unos niños refugiados que asisten a estas escuelas infradotadas por un estado que los desatiende al no sentirse legitimado ante ellos en esa situación de disputa permanente, más o menos larvada en la que están instalados desde hace más de 15 años.
Con ello intentamos mejorar su calidad educativa y prepararlos mejor en una sociedad tal hostil como es esa en la que viven.
El proyecto se realiza en las escuelas de Otobaia, Pichori, Tagiloni, Kvemo Bargebi, Chuburjinyi y Zemo Bargebi del distrito de Gali, en la zona en disputa de Abjasia (Georgia) donde instalaremos equipos informáticos que permitan el conocimiento de uso y el acercamiento a esas tecnologías que en la actualidad mueven el mundo a unos niños refugiados que asisten a estas escuelas infradotadas por un estado que los desatiende al no sentirse legitimado ante ellos en esa situación de disputa permanente, más o menos larvada en la que están instalados desde hace más de 15 años.
También pretendemos el acercamiento de estos niños y sus realidades a los niños de colegios de nuestro entorno, donde nuestros hijos empaticen con sus problemas y se impliquen en proyectos de solidaridad con esos niños tan desprotegidos.